Los títulos
Me gusta poner títulos. En mi familia somos muy de poner títulos y es algo de lo que he tomado consciencia en los últimos meses, cuando mi madre ha cambiado las diez llamadas diarias para preguntar la misma cosa por veinte mails con "asuntos" imposibles y que me hacen esconder detrás de la pantalla del ordenador para que no me vean reír.
Está empíricamente comprobado que son más importantes de lo que mucha gente cree. En mi apartamento tenemos una pequeña biblioteca que, sumando mis libros y los de mis compañeras de piso, juntan una colección medianamente aceptable. Pues bien, el 98% de las visitas o invitados que se quedan lo suficiente como para pensar en hacer algo con su tiempo libre, eligen sin dudar ese libro en edición ultra de bolsillo llamado "Todas Putas". Voy a esconderlo porque estoy harta de explicar que sí, que es malísimo y que lo compré en una máquina de la estación por curiosidad después de todo el lío con su publicación. Y los dos que no eligieron este, fueron directamente a por "Cien cepilladas antes de dormir". Desde luego, como es la gente!
Hace tiempo estaba leyendo un artículo sobre Bruno Schulz, un escritor polaco en el que se inspiraron los Hermanos Quay para filmar muchas de sus historias. Ellos, que se merecen un post aparte y son unos maestros seleccionando títulos fascinantes, habían adaptado uno se sus relatos cortos llamado "la calle de los cocodrilos". Un grupo de amantes de la literatura con buen criterio, también eligieron este nombre para un blog en el que transcriben pasajes de los autores que más les han inspirado. Un homenaje silencioso y casi anónimo que siempre se agradece en esta blogosfera construida con tantos egos alterados.
Post dedicado a mi mamá, que últimamente es la protagonista del blog, y a una de las "malditas partes", que no la veo mucho pero que el día que nos pongamos serias, chungas y nos apuntemos a taekwondo, vamos a dominar el mundo.
Está empíricamente comprobado que son más importantes de lo que mucha gente cree. En mi apartamento tenemos una pequeña biblioteca que, sumando mis libros y los de mis compañeras de piso, juntan una colección medianamente aceptable. Pues bien, el 98% de las visitas o invitados que se quedan lo suficiente como para pensar en hacer algo con su tiempo libre, eligen sin dudar ese libro en edición ultra de bolsillo llamado "Todas Putas". Voy a esconderlo porque estoy harta de explicar que sí, que es malísimo y que lo compré en una máquina de la estación por curiosidad después de todo el lío con su publicación. Y los dos que no eligieron este, fueron directamente a por "Cien cepilladas antes de dormir". Desde luego, como es la gente!
Hace tiempo estaba leyendo un artículo sobre Bruno Schulz, un escritor polaco en el que se inspiraron los Hermanos Quay para filmar muchas de sus historias. Ellos, que se merecen un post aparte y son unos maestros seleccionando títulos fascinantes, habían adaptado uno se sus relatos cortos llamado "la calle de los cocodrilos". Un grupo de amantes de la literatura con buen criterio, también eligieron este nombre para un blog en el que transcriben pasajes de los autores que más les han inspirado. Un homenaje silencioso y casi anónimo que siempre se agradece en esta blogosfera construida con tantos egos alterados.
Post dedicado a mi mamá, que últimamente es la protagonista del blog, y a una de las "malditas partes", que no la veo mucho pero que el día que nos pongamos serias, chungas y nos apuntemos a taekwondo, vamos a dominar el mundo.
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